Las estructuras de concreto armado envejecen.
Básicamente, su deterioro se debe a la corrosión de las armaduras y se
produce cuando el concreto pierde su capacidad para proteger el acero.
Los contaminantes externos que están presentes en el aire o en el agua
en contacto con el paramento penetran a través de las microporosidades
del concreto. Al cabo de un tiempo, la naturaleza química del concreto
de las zonas cercanas a la armadura sufre una serie de cambios y la capa
de pasivación que protege la superficie del acero se destruye. La corrosión
aparece en el momento en que la humedad ambiente penetra hasta el acero.
El envejecimiento de una estructura der concreto armado es un proceso que
puede representarse mediante una curva cronológica en la que se distinguen
3 etapas principales.
Fase 1. Incubación. El acero
se encuentra en un entorno protegido, situación que se mantiene así a lo
largo del tiempo siempre que se logre relentizar o impedir la penetración
de contaminantes en el acero. Por ejemplo, éste es el caso del acero que,
tras ser reparado, se destina a un revoque.
Fase 2. Inicio de la Corrosión.
El acero se encuentra en un medio que ha perdido sus propiedades protectoras.
La corrosión empieza cuando penetran los contaminantes o desciende el PH
debido a la carbonatación del revestimiento y a la penetración del agua.
En esta fase, no es posible verla desde el exterior, pero sí puede medirse
la actividad a través de métodos no agresivos.
Fase 3. Propagación de la Corrosión. El
acero ya no está en un medio protegido y se corroe. Las armaduras se disuelven
progresivamente en el agua infiltrada o las partículas de la corrosión
se hinchan y fisuran el concreto, lo cual acelera la penetración del agua
y, por lo tanto, la corrosión. En este estado, las secciones de las armaduras
se reducen y disminuye la resistencia de la estructura.